LA DUDA DE CADA DÍA.
Como cada día, Maite se levantaba a las siete y diez de la mañana. Se dirigía a la cocina de su casa, y se tomaba un buen vaso de leche que le alimentara hasta la hora del recreo.
Allí se encontraba su madre, que le preparaba el bocadillo ya que Maite era incapaz de hacerlo a esa hora tan temprana de la mañana.
Se terminó la leche y subió las escaleras. Se aseó, fue a quitarse su pijama de ardillas, y ahí estaba, frente al armario, abrió las puertas y se encontró su duda de cada día. ¿Qué iba a ponerse?.
La verdad, es que sus dudas procedían del qué dirán en el instituto. Tal vez, si se ponía falda le dirían que era una pija. Si vestía con el vestido rosa que le había regalado su abuela, sus amigas dirían que era una cursi. Y si iba con vaqueros, le criticarían diciéndole que no tenía estilo.
¡QUE BARULLO!
Ya eran las ocho menos diez y no se había vestido. Los nervios de Maite cada vez aumentaban más.
De repente, se le oyó a su madre diciéndole que ya le había planchado su camiseta de gimnasia. En ese momento, Maite se acordó que era miércoles y tenía educación física. No tendría ningún problema; iría con chándal.
Se vistió y se fue de casa con su mochila y su bolsa de deporte con dirección al instituto.
Su dilema había sido resuelto pero, ¿qué pasaría al día siguiente?
ANE MOLINA
10/2/2009
I.E.S. PLAZA DE LA CRUZ
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martes, 10 de febrero de 2009
Etiquetas:
concurso de microrrelatos de la universidad
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