domingo, 26 de abril de 2009

Joan Manuel Gisbert








Joan Manuel Gisbert (Segunda parte)


El segundo libro que voy a comentar se titula “Los espejos venecianos”.
Este libro es muy entretenido porque hay aventuras e intrigas. Además del hecho de que se hable de los espejos venecianos y sus poderes mágicos de los que yo no había oído hablar nunca y a partir de ese libro miré algo por Internet. No hay nada intrigante que haya descubierto, pero os he bajado unas fotos porque la verdad es que son bonitos.


La historia cuenta como Giovanni Conti, un estudiante de Historia va a Padua a hacer un cursillo, y se entera de la existencia de una historia sobre una chica, Beatrize “la que nunca murió” que vivía en un palacio al lado de donde él se hospeda.

La curiosidad le puede y comienza a investigar. Se da cuenta de que han desaparecido los libros que necesitaba consultar, y eso aumenta su intriga. Luego descubre los poderes mágicos de los espejos y tendrá una revelación.

Cuando Gisbert empieza a describir la casona, apetece estar ahí, y meterte a investigar con Giovanni. Es el sueño de todo intrépido joven. Vacaciones, una casa deshabitada (cuanto más grande mejor), unos cómplices (que ayuden a investigar y a superar el miedo), y una historia interesante detrás.
¡Hay que leerlo!








Joan Manuel Gisbert

J. Manuel Gisbert (primera parte)

Hola chicos, me he comprado tres libros de Gisbert, de momento me he leído dos, y hasta que podamos hacer los resúmenes, os dejo mis comentarios.
El primero que me leí se titula “El arquitecto y el emperador de Arabia”. Trata de que el emperador de Arabia Al-Iksir, para demostrar su poder, y que su leyenda perdurará a través del tiempo, encargó a Iskandar (el mejor arquitecto) la construcción de un jardín, de un precioso y gran jardín.
Me ha gustado mucho, las descripciones de la construcción y del resultado final son precisas, y muy gráficas, tanto, que mientras lo leía, el pensamiento se me iba a diversos parques que conozco: el parque del Mundo (en la Chantrea) –que tiene árboles de distintos sitios-, el parque de Burlada -que tiene una gran jaula con pájaros muy diferentes, árboles, diferentes nidos...- el Señorío de Bértiz, el jardín botánico del “parque grande” de Zaragoza, y otros jardines botánicos que he visto y que no me acuerdo de dónde...
El emperador y el arquitecto buscaban la perfección de la obra, y eso me recuerda a una historia que os voy a contar y que mi padre no se cansa de repetirme cada vez que quiero acabar pronto la tarea.
Era un emperador oriental. Le habían hecho un palacio nuevo, y pensó que en uno de los salones quedaría muy bien un cuadro de un pavo real. Llamó al mejor pintor y le dijo que hasta que lo acabara, él se encargaría de su manutención, y que cuando estuviera terminado, le pagaría mucho dinero. El pintor se fue a su casa, y empezó a pintar el cuadro. Pasaron 6 meses, y luego otros 6. Al año, el pintor fue al palacio con su gran y precioso cuadro. Los sirvientes lo colgaron en la pared, y llamaron al emperador. El emperador lo contempló y mostró su satisfacción con el resultado, pero habiendo pasado tanto tiempo, pensó que el pintor era un vago y que le quería tomar el pelo, así que le dijo: “Si, es un bonito pavo, pero... ¿no te parece que has tardado demasiado para hacer un simple dibujo?, tu eres un gran pintor, esto no te debería haber resultado tan difícil, ¿no habrás querido abusar de la manutención gratuita?”
El pintor, que no era ni un vago, ni un abusón, le contestó: “Gran emperador, no tengo la intención de abusar de su dinero ni de su paciencia. ¿Podría acompañarme a mi estudio?”. El emperador accedió, y ambos fueron a la casa del pintor. Cuando abrió la puerta, el emperador no lo podía creer, había cientos de cuadros por todos los lados. Todos los cuadros eran de pavos reales. Mirando a la derecha, a la izquierda, pavos de frente, colas de pavo.... Entonces el gran emperador entendió que para hacer un bonito cuadro, el pintor no se conformó con el primero que hizo, sino que buscó la perfección para el gran salón del emperador. El emperador, le dio la mano, satisfecho, y le pagó el dinero acordado.
El emperador de Gisbert no es tan complaciente como el de mi historia. La ambición y el deseo de poder y de que le admiren son superiores al sentido común. Pero para saber porqué digo esto.... ¡Tenéis que leer el libro!

Rocío Berrade Asín

sábado, 25 de abril de 2009

Hola compañeros:
He tenido algunos problemillas técnicos para subir la plantilla de la ficha de lectura a nuestro blog.
Para facilitaros su acceso, podéis darme vuestros correos y os la envío. Si esta idea tampoco os agrada, quiero que sepáis que la voy a enviar al correo del gmail, el mismo usuario al de nuestro blog.
Recuerdos para todos y que os guste.
Ane Molina irujo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Exposición oral: Anne ( eurovisión )

Exposición oral: Cristina ( El baile )

Hola a todos, ya voy a colgar las exposiciones orales, espero que os gusten.

viernes, 3 de abril de 2009

Mi confusión

Me confundí y en el microrrelato de LA SOMRA DE MARCOS se me olvidó poner que el autor soy: Rubén Ilundain.

LA SOMBRA DE MARCOS

LA SOMBRA DE MARCOS
La sombra de Marcos se aburría. No quería seguir pegada a su dueño, así que un día decidió soltarse de él y se las ideó para conseguir unas tijeras, porque pensaba que con eso bastaba, pero no. Así que cogió un hacha ,pero por mucho que golpeó no la consiguió separar. Ya solo quedaban dos opciones: la motosierra o la bruja, un ser asqueroso, repugnante, timador y muy cruel. Se decantó por la motosierra.Se la tuvo que robar a un jardinero, cuando Marcos fue a comprar unas flores para su novia Lucía.La motosierra emitía mucho ruido y parecía un método muy doloroso, pero tampoco funcionó. Ya solo quedaba la bruja. La bruja vivía en el mercado, una gran extensión de puestos de verdura y fruta que se agolpaban a los dos lados de la calle. No le fue difícil dar con ella, pues siempre estaba en el último puesto, donde iba a comprar Marcos todos los días. Y mientras Marcos cogía unas alubias la sombra hizo un trato con la bruja:ella le daba una poción que le separaría de Marcos, pero la sombra debería llevar unas cadenas con una bola de hierro durante el resto de su vida. La sombra que era muy lista y tenía un plan aceptó. Se tomó la poción y se separo de Marcos y la bruja le puso las cadenas. La sombra se fue lo más rápido que pudo con las cadenas hasta la casa de Marcos, donde todavía tenía la motosierra. La cogió, la arrancó, la puso encima de las cadenas y las partió en menos de un minuto.
La sombra ya libre de toda sujeción, se fue a vivir grandes aventuras a lo largo del ancho mundo.
FIN